Los conectores push-pull evitan con éxito la desconexión accidental mediante el uso de un robusto mecanismo de autobloqueo que permite que el conector coincida empujando el enchufe en el enchufe. Sin embargo, simplemente tirando de la conexión no se puede desconectar.
En su lugar, el cuerpo del conector debe apretarse al tirar para poder desconectarlo con éxito. A diferencia de los conectores que utilizan sistemas de bloqueo de bayoneta o rosca estándar, conectores push-pull requieren solo fuerza axial para ajustar y cancelar el ajuste, en lugar de la fuerza de rotación tradicional. El resultado es un mecanismo de bloqueo simple pero poderoso.